Kleiton Lima
Finalmente, Kleiton Lima, director técnico del Santos de São Paulo, dirimió de su cargo tras la intervención de las jugadoras en contra de su contratación.
Siete meses atrás, en septiembre de 2023, una carta anónima escrita a mano detallaba el testimonio de 19 jugadoras del albinegro bajo situaciones de acoso y abuso sexual con su entrenador, Kleiton Lima. Por supuesto que Lima negó las acusaciones e inculpó un boicot en su contra. Todo con la complicidad y el respaldo del club. Pero los relatos que se encuentran en la carta reflejan crudas vivencias de las representantes del combinado paulista. Algunos de los testimonios contaban abusos sexuales explícitos, amenazas, manipulaciones y la constante convivencia con miedo a que se frustre el sueño de ser futbolista por vivir una pesadilla dentro del propio equipo.
Según las declaraciones de las jugadoras, lo más decepcionante fue el comportamiento del club. Las que decidieron renunciar tras la denuncia por la presión que vivían dentro del plantel declararon que desde la institución: “Lo único que hicieron fue una reunión y parecía que estaban más preocupados para saber quiénes escribieron las cartas. […] Lamentablemente el peso de la palabra de un hombre es mucho mayor que el peso de nuestra palabra”.
Si bien los dirigentes apartaron al técnico de sus actividades hasta que se esclarezca el caso, a principios de este mes lo reincorporaron al mando del primer equipo. Como respuesta, las jugadoras del Timao profundizaron en su pedido de justicia. El viernes pasado, en el encuentro ante Corinthians por la fecha 5 las protagonistas se cubrieron los oídos y la boca mientras sonaba el himno en la previa del encuentro. Finalmente, el club comunicó que el día lunes Lima ofreció su renuncia y Wesly Otoni asumirá el cargo en su lugar de manera provisoria.
Una vez más tenemos que denunciar la falta de acción e incumplimiento de los protocolos institucionales cuando ocurren estos casos. El acoso, el abuso y la violencia de género avalada por un club tan grande como el Santos de Brasil dejó a trabajadoras del club sin carrera. Prefirieron renunciar en lugar de continuar en un lugar que no las supo contener; y a jugadoras con sus sueños frustrados, que no fueron escuchadas y a quienes se las quiso silenciar y ocultar. Es -incluso- más violento por parte del club este comportamiento, porque es la institución quien tiene el deber de reparar en acompañar a quienes representan su escudo, su camiseta y sus colores.
