A un año del anuncio de Carlos “Chiqui” Tapia, entrevistamos a Melisa García, fundadora del colectivo de abogadas feministas y presidenta de ABOFEM. Melisa junto a su equipo estuvieron desde el comienzo en todo el proceso de la demanda. Hoy es una pieza fundamental para nosotres y para muchas de las jugadoras.
La semiprofesionalización del fútbol femenino llegó en un contexto en donde la lucha feminista se hace escuchar más que nunca. La demanda de Macarena Sánchez al Club UAI Urquiza y a la AFA fue un antes y un después. Pero para llegar a esa instancia no lo hizo sola. FutFemProf nació para acompañarla desde lo comunicacional, y en al área legal, estuvo siempre presente ABOFEM Argentina.
¿Cómo te llegó el caso de Maca Sánchez?
El caso de Maca llega en un momento muy particular para mí. Estábamos dando a conocer el trabajo y la finalidad de ABOFEM Argentina mientras seguíamos sumando colegas de otras provincias. Dentro de esas colegas que quisieron sumarse, nos escribe Sole, la hermana de Maca. Tuvimos un intercambio telefónico en el cual nos preguntó si podríamos llevar un supuesto caso de una jugadora de fútbol, aclarando que del otro lado tendríamos que lidiar con los clubes y AFA. Mi respuesta inmediata fue que “Sí, ¡claro que sí!”
Como abogada con perspectiva de género lo primero que pensé fue que las jugadoras tenían derechos por más que estaban por fuera de la norma vigente.
¿Ya conocías algo sobre el fútbol femenino en la Argentina?
Del fútbol femenino hasta ese momento sabía muy poco, no conocía todo lo que sufrían las jugadoras. Sí entendía intuitivamente que el no reconocerlas, no considerarlas profesionales, no solo es patriarcal sino discriminatorio por cuestiones de género.
Como cabeza del equipo legal que acompañó a Maca en todo el proceso, ¿tuviste miedo en algún momento?
Que pregunta difícil… sentí y siento mucha responsabilidad al dedicarme a la materia por la cual reclamamos. El derecho laboral es un área del derecho que recién hoy podemos ver vestigios de tener en cuenta la cuestión de género, imagínate lo que respecta al fútbol. Pero volviendo a tu pregunta sí, tuve miedo porque soy mujer en un sistema patriarcal. Y sé que del otro lado nos enfrentamos a uno de los máximos exponentes patriarcales, como la AFA. Y no deja de ser cierto que una mujer muere cada 23 horas en Argentina.
En el caso de Maca específicamente, hubo un equipo interdisciplinario de trabajo que contuvo y trabajó para no dejarla sola en ningún momento. ¿Cuán crucial crees que fue esto a la hora de haberse hecho escuchar?
Considero que hubo dos claves en el Caso de Maca. Uno como bien decís fue el equipo interdisciplinario donde trabajamos codo a codo para lograr el objetivo, planteando estrategias legales y comunicacionales. El siguiente factor fue el momento en el cual se dio; realmente vivimos un gran despertar colectivo, donde la tolerancia es cero a la violencia, a la discriminación por género. Donde ya no nos callamos más y es real.
¿Creés que hubiera existido el discurso de Tapia sin el laburo legal y mediático que se hizo antes?
Sinceramente no puedo asegurar si hubiera existido o no. Pero sí creo y estoy convencida que se vio empujado a darlo por la gran presión social y un reclamo sólido en lo legal. Eso llevó a que sea inminente el reconocimiento de la profesionalización del futbol femenino. Refuerzo la palabra reconocimiento porque era una deuda con todas las jugadoras, que eran profesionales en los hechos pero no así en lo normativo.
No es la única causa que tenés en relación a los derechos laborales y constitucionales de las jugadoras. ¿Estabas acostumbrada a trabajar desde esta perspectiva?
Realmente trabajé ambas áreas en forma separada, lo vengo haciendo hace años. Pero producto de todo lo relacionado a las jugadoras y al fútbol femenino empecé a unificarlas entendiendo que son indivisibles para graficar en los tribunales la realidad de las jugadoras de fútbol femenino.
En cada marcha desde el 8 de marzo pasado se vio a muchas compañeras de ABOFEM acompañando y apoyando la lucha por un f+utbol feminista, disidente y profesional… ¿Cómo es tu vínculo con las jugadoras ahora?
La verdad que muy fuerte. Ellas se sienten contenidas y acompañadas, lo cual es algo que carecieron por mucho tiempo. Y cada vez es más estrecho el vínculo con ellas. El colectivo de ABOFEM Argentina acompaña fervientemente el fútbol femenino profesional y disidente porque entendemos que así tiene que ser. Porque en nuestros cánticos resuena el “tocan a una y nos tocan a todas”, y así lo siento de verdad.
A un año de la (semi) profesionalización, ¿crees que lo hicieron para callar a las mujeres a partir de la demanda de Maca o que fue sincero el anuncio?
Tal como decís, estamos frente a una semi profesionalización, y por la forma que se hizo considero que sí, que se buscó el contentar a las jugadoras. Lo que no previeron es que seguimos más unidas que nunca. Que festejamos los logros pero que seguimos luchando. Igualdad es igualdad. El fútbol masculino es profesional y el femenino es semi profesional. Celebro lo que hemos logrado hasta hoy, pero hay que seguir. Lo que más celebro es que la jugadoras se unieron porque entienden que hay una causa que las representa y que es con todas.
¿Cómo sigue la cuestión legal en el caso de Macarena?
Seguimos avanzando con la causa. Tenemos pruebas de sobra respecto a los hechos discriminatorios hacia Maca Sanchez y seguimos trabajando para que le reconozcan todo lo que le corresponde.