Qatar 2022: el Mundial al que no somos invitades

El director del comité organizador del Mundial de Qatar 2022 de fútbol masculino advirtió que en su país la homosexualidad no está permitida ni tampoco las demostraciones de afecto en público. ¿Qué pasaría si una medida así se tomara para el fútbol femenino? ¿Qué opinan las jugadoras, referentas e hinchas de la comunidad LGBTIQ+? ¿Deberían involucrarse los deportistas?

Desde la organización del Mundial de Qatar 2022 afirmaron que es un país tolerante pero que las demostraciones de afecto en público están mal vistas y que “eso aplica para todos”. En un país donde las prácticas religiosas son políticas de Estado y en el que las mujeres, disidencias y minorías no tienen opinión, se realizará la próxima Copa del Mundo. El país anfitrión es todo aquello contra lo que estamos luchando.

Como hinchas, debemos olvidarnos del abrazo instantáneo con quien tenés al lado después del gol. Como mujeres, debemos cuidar nuestros comportamientos. Como miembros de la comunidad LGBTIQ+, debemos pasar desapercibides para no tener sanciones legales. Como argentinas, debemos retroceder a una época en la que no teníamos derechos.

Hablamos con las jugadoras Florencia Fernández (Platense) y Ana Rolón (Gimnasia y Esgrima La Plata), con Mónica Santino (referenta social y entrenadora de La Nuestra), Melisa García (Presidenta de Abofem), Iona Rothfeld (Cofundadora de ANJUFF en Chile) y Carolo Vázquez (gamer y creadora de contenidos como «Pibas jugando al FIFA») para hablar sobre esta medida.

– ¿Qué te generó enterarte de esta noticia?

Iona Rothfeld – ¿Qué me va a generar? Rabia, pena, dolor. Ya se habían levantado los cuestionamientos para Qatar 2022 como lugar para realizar un Mundial debido a las muchas limitaciones y vejaciones que sufren las mujeres, las disidencias y grupos minoritarios en cuanto al acceso y al respeto de sus derechos. Como futbolista y como activista estas cosas duelen más, porque tratamos de visibilizar y concientizar la importancia de usar el fútbol para el bien. Y esto es dispararnos en los pies, retroceder.

Carolo Vázquez – Siento que se pone en juego todo lo lindo que me genera el fútbol y el Mundial. Porque de repente te das cuenta que ese deporte y esa competencia que vos amas, a vos te rechaza. Como mujeres ya de por sí vivimos ese rechazo cuando ves las diferencias entre el fútbol masculino y el femenino, vivís ese rechazo cuando la gente pone en juego qué tanto realmente te gusta el fútbol porque sos mujer, vivís ese rechazo cuando menosprecian que te guste el fútbol femenino. Y ahora encima vivís ese rechazo por ser parte de la comunidad LGBT entonces es como ¡guau, este deporte que yo quiero tanto creo que a mí no me quiere! Eso es lo más duro.

Ana Rolón – Estando en el 2021 en una sociedad que avanzó tanto, me parece que esa decisión atrasa. Quizás en Qatar todavía ellos están estancados, pero no por eso pueden prohibir las demostraciones de afecto. Es una locura que alguien no pueda expresar libremente el cariño a la persona que ama.

Florencia Fernández – Personalmente esta medida me parece ridícula y nefasta. En un Mundial participan justamente países de todo el mundo y en un país como el nuestro, este tipo de acciones no están prohibidas. Es un acto discriminatorio hacia muchos de los países visitantes y sobre todo a la comunidad homosexual que irá a presenciar un evento tan enorme.

Melisa García – La primera sensación es de un sabor amargo. Es una sensación de muchísima preocupación y de enorme desigualdad solo pensar el hecho de que las mujeres no se pueden expresar y solo deban hacer lo que los hombres digan.

Mónica Santino – Hay un encadenamiento de cuestiones culturales y religiosas difíciles de asimilar para nuestras cabezas occidentales. Sobre todo, con los avances inmensos que la comunidad LGBTIQ ha logrado en los últimos años y en particular en Argentina donde tenemos leyes de avanzada como el matrimonio igualitario o la identidad de género. Te genera como una especie de abismo pensar que todavía existen lugares en el mundo donde se sostienen estas creencias y después inmediatamente pensás en lo que les pasa a las mujeres. A las diversidades y disidencias ni siquiera lo quiero pensar. Pero acá lo que prevalece es el negocio. Hay un montón de plata detrás del fútbol. ¿Cuántos varones se abrazan entre sí o se dan un beso porque su equipo hizo un gol? ¿Eso también estaría prohibido? ¿Dos varones o dos mujeres abrazándose en una cancha?

– ¿Sería posible que una medida así se tome en un Mundial de fútbol femenino?

Ana Rolón – De ninguna manera. Creo que nosotras mismas haríamos algo para evitar ese tipo de decisiones.

Florencia Fernández – No creo que pueda ser posible. Aunque, si esto depende de los países, viendo que la FIFA no toma ningún tipo de cartas en el asunto, supongo que lo harán igual si su cultura así lo indica. Generaría mucho repudio porque el fútbol femenino tiene la bandera muy arraigada y varios íconos del fútbol femenino tienen parejas mujeres.

Moni Santino – Pasaría esto si se organizara otra vez en un país árabe o en un país donde las prácticas religiosas son políticas de estado. Venimos de disfrutar un mundial en Francia que lo entendemos y comprendemos como una bisagra en cuanto a cantidad de gente, público, visibilidad y reclamos. Entonces es impensado que en un Mundial de fútbol femenino pase algo así, salvo que la organización vuelva a recaer en un país con estas reglas morales.

Iona Rothfeld – Muchas cosas que a mí me parecían imposibles por lo poco sensatas o lógicas, se han dado en este último tiempo. A veces no esperamos nada y aun así nos decepcionan. El sentido común diría que no en nuestro deporte, en el que se han levantado figuras realzando estas temáticas con más fuerza que en el fútbol masculino y abrazando a las disidencias. No creo que ninguna de las jugadoras que hoy son de la comunidad abiertamente y que son activistas, aceptara jugar en un país donde se restringen de esa forma los derechos.

Carolo Vázquez – Nunca se haría un Mundial de fútbol femenino en un país que tenga normas que vayan en contra de los derechos humanos. Un montón de jugadoras, quienes forman parte del colectivo LGBT y las que no, saldrían a pronunciarse en contra de esta medida. Acá no pasa porque no hay una comunidad LGBT definida en el fútbol masculino. Es muy loco porque, por ejemplo Manuel Neuer, con la cinta LGBT fue sancionado y tuvo que pagar una multa. No pudo salir más con la bandera porque supuestamente no se puede mezclar el fútbol con actos políticos. Pero cuando un país prohíbe muestras de afecto entre personas del mismo género es igual de político.

– ¿Qué pasa cuando medidas así, además de la cuestión laboral, involucran la intimidad y la sexualidad de los futbolistas?

Meli García – Evidentemente creo que hay que hacer mucha fuerza desde los organismos de derechos humanos. No solamente por respeto a la propia integridad y a su intimidad, sino por respeto a quienes se acerquen a ver este deporteEl país anfitrión coloca la tolerancia a poder estar, pero no a demostrar afecto. Esto pone en alerta a través del fútbol, lo que sucede en otras partes del mundo.

Carolo Vázquez – Lo que termina pasando es que alimenta el rechazo de quienes ya tienen rechazo o genera rechazo en personas que quizás tienen posiciones neutrales. Obviamente eso termina haciendo que los futbolistas en este caso, no se animen jamás a salir del closet. Si yo siento que el deporte que quiero tanto, a mí no me quiere, imagínate en el caso de un futbolista que tiene que esconderse por este mismo rechazo que después termina repercutiendo en hinchas o en otros jugadores.

Moni Santino – Este es un Mundial de varones y la gran mayoría de estos varones pareciera que son asexuados, que no tienen nada que ver con ninguna manifestación de ese tipo. La estructura del fútbol los hizo así. Esto es un juego más allá de la política entonces no te expreses, no digas, no actúes. El show debe continuar y todo esto se barre debajo de la alfombra. Esto vino a poner mucho más de manifiesto la hipocresía que se vive en general con respecto a la sexualidad, a la política o a cualquier manifestación que un jugador haga más allá de lo que pase en un partido de fútbol. Mete la cabeza en el juego, sos parte de esta maquinaria y para eso te pagamos.

– ¿Es necesario que los futbolistas se involucren?

Flor Fernández – Sería excelente que lo hagan. Ya sabemos que cuando se alza la voz las cosas cambian o por lo menos se empiezan a encaminar hacia lo que debería ser. Y más si son íconos del fútbol mundial, deberían dar el ejemplo.

Ana Rolón – Dudo que eso pase, ya que hay jugadores gays y a ellos mismos les cuesta salir del closet por ser un deporte solo para «hombres». Debería pasar y ojalá suceda, para seguir avanzando con nuestros derechos y dejemos de estar escondiendo el amor.

Iona Rothfeld – Creo que es necesario que las, los y les futbolistas nos involucremos en esto. Es una limitación de los derechos de las personas y no hay que ser parte de la comunidad para que eso nos afecte. Espero que las organizaciones de fútbol de jugadores y jugadoras podamos condenar esto con fuerza y que la organización no tenga otra alternativa más que cambiar esa decisión.

Moni Santino – Me parece que es absolutamente necesario porque son los obreros de este juego, los laburantes. Y la opinión de los laburantes siempre es necesaria. Celebraría con mucho gusto que muchos futbolistas se expresen ¡y que al jeque que organiza toda esta parafernalia le salga el tiro por la culata! Ojalá sea el fútbol el que abra puertas donde la libertad es totalmente asfixiada.

¿Llegará el momento en el que no haya sanciones por alzar la voz? ¿Debería involucrarse FIFA a través de sus políticas de género? ¿Podemos imaginarnos a algún jugador quebrando esta norma? En ese caso, entendiendo que en el fútbol siempre hablamos de equipo, ¿sería justo que un jugador cargue con todo ese peso? Pero lo más importante, tenemos 11 meses para pensar cómo nos sentiremos al saber que nosotres o nuestro entorno no será aceptado en la próxima Copa del Mundo de Qatar 2022.

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