A fines de febrero se anunció que AFA y el Ministerio de Educación nacional firmaron un acuerdo para que se practique fútbol femenino en las escuelas. Una noticia que impactó en la sociedad pero aún más en las protagonistas de este juego. ¿Qué opinan ellas al respecto?
“Estudiar es tu mejor jugada” es el nombre de esta iniciativa. Hasta el momento no se conocen detalles oficiales del proyecto que Claudio “Chiqui” Tapia, Presidente de la AFA, y Jaime Perczyk, Ministro de Educación, acordaron para que el deporte más popular del país sea practicado en las clases de educación física.
Es una medida que, a corto plazo, alegra a aquellas a quienes siempre les negaron la posibilidad de jugar al fútbol por el simple hecho de nacer mujeres. Pero a largo plazo, aunque hoy cueste imaginarlo, significa un crecimiento enorme en el nivel deportivo. Que las niñas estén relacionadas con este deporte desde pequeñas es similar a lo que ocurre en Estados Unidos, potencia mundial en fútbol femenino, donde practican fútbol toda su etapa escolar.
Recordemos que hoy en día muchas jugadoras de Primera División o mismo de la Selección Argentina dejaron de jugar a los 11 ó 12 años cuando no podían participar más del fútbol mixto y no había escuelitas para ellas. La mayoría perdió esos años de formación tan importantes, salvo excepciones como los casos de Lorena Benítez quien decía llamarse “Lorenzo” para jugar o Agustina Barroso, quien se cortaba el pelo bien cortito para que no la cuestionen.
Este proyecto del fútbol femenino en las escuelas, de llevarse a cabo correctamente con las personas adecuadas, iguala la cancha y otorga posibilidades. Sobre esto hablamos con diferentes jugadores tales como Estefanía Banini (Selección Argentina y Atlético de Madrid), Florencia Sánchez (Gimnasia y Esgrima La Plata), Sofía Giannini (Lanús), Luciana Bacci (Estudiantes de La Plata) y Agustina Donato (Rosario Central).
“Lo primero que pensé al enterarme de la noticia fue lo que me tocó vivir a mí. No tuve la posibilidad de tener fútbol como una materia más para las chicas. Es un gran crecimiento no solo por el mismo deporte, sino también para que cambiemos esa mentalidad de que un deporte es para determinado género” afirma Estefanía Banini. Quien también aclara: “Aunque a mí en el colegio me tocaron unos directivos que me dijeron que sí haga fútbol, pero me tocó hacerlo con hombres”.
“La incorporación del fútbol femenino en las escuelas me emocionó, me removió recuerdos. Me escribieron algunas amigas del colegio para mandarme la noticia y decirme que todo lo que había hecho, había servido” dice Bacci y agrega: “Las personas que pasaron la infancia y adolescencia al lado mío saben todo lo que yo tenía que hacer para jugar al fútbol, porque decían que tenía un problema de personalidad”. La jugadora del Pincha ha contado en sus redes sociales que la enviaron a la psicopedagoga por querer jugar a la pelota.
“El profesor siempre dividía hombres, fútbol y mujeres, vóley. Entonces me enojaba, porque no me daban la oportunidad de elegir a mí, por el simple hecho de ser mujer. Inclusive mis amigos que sabían que yo jugaba a la pelota se quejaban” cuenta Sofía Giannini, jugadora de Primera en Lanús y también entrenadora de categorías juveniles del club.
Agustina Donato destaca un punto clave del fútbol femenino actual: “Es algo que se viene esperando y deseando hace muchísimo, y es una de las primeras cosas que una utiliza para explicar por qué a nuestro futbol femenino siempre le faltaron las bases. Uno de los primeros ejemplos que explican la desigualdad de oportunidades que tuvimos para elegir este deporte desde chicas y poder desarrollarlo”.
“Me parece algo ganado el hecho de que el deporte esté institucionalizado. Me sorprende que a esta altura se tenga que firmar un convenio para que el fútbol femenino se juegue en las escuelas porque es algo que ya debería existir” dice Sánchez, capitana del Lobo, y aclara: “Pero al margen, institucionalizarlo es dar derechos, visibilizarlo, darles a las nenas la posibilidad de jugar y enseñarlo sobre todo como una posibilidad de hacerlo toda su vida”.
Como mencionamos, restan confirmar los detalles y los plazos del proyecto. Lo que hoy existe es un acuerdo marco y un compromiso dado el impacto que tuvo esta iniciativa. “Tenemos que estar atentas a que se cumpla” dice Bacci y Sánchez agrega “En contrapartida, estaría buenísimo que, así como se inserta en una institución como la escuela, me parecería razonable que todos los clubes que sean parte de AFA tengan la obligatoriedad de contar con su equipo fútbol femenino. No solo para jugar una Copa, sino por ser parte de la institución”.
“Educación física es una materia a la que se le pierde un poco el prestigio y siento que para que esté proyecto bien hecho, se le tiene que dar importancia en los colegios” sentencia Banini. “Tenemos que aprender que la igualdad no significa que lo tengan que hacer sí o sí las mujeres, sino entender que somos igual de capaces que los hombres. La igualdad es una cuestión de capacidades en este caso”.
Hoy es una medida que impacta y genera alegría, sobre todo en las que no tuvieron esa posibilidad y que sufrieron mucho en el camino. Elegimos cerrar la nota con el mensaje que envía la jugadora de Central y abogada, Agustina Donato: “Todas las que estamos hoy jugando la peleamos muchísimo y me da mucho alivio saber que ellas no lo van a sufrir así. Pero siento que recién cuando las futbolistas del futuro puedan jugar a la pelota en el colegio, salir e irse a entrenar al baby o al club de 11 que elijan, hagan inferiores y lleguen a Primera habiendo recorrido todo ese camino formándose y disfrutando, ahí se va a cerrar el círculo y vamos a haber tenido realmente revancha”.