Arquera de fútbol, ¿se nace o se hace?

Arquera de fútbol, ¿se nace o se hace?

Pararse abajo de los tres palos y evitar que a tu equipo le conviertan puede ser, muchas veces, solitario e individualista. Ser arquera de fútbol no es tarea fácil, y en esa exposición, nos preguntamos cómo contrarrestar las falencias que todavía existen.

Muchas de las arqueras del fútbol argentino se encontraron en este puesto casi sin quererlo, pero definitivamente, casi sin entrenarlo. Si algo coinciden todes les entrenadores de arqueras con los que se consultó es en que la formación juvenil es indispensable para aprender a saltar, estirarse, a reaccionar. Es verdad que hay algo de la personalidad que te empuja a ocupar ese espacio, pero después, arquera se hace, se entrena, se perfecciona.

Con la semiprofesionalización se avanzó mucho, no hay dudas. Pero si todavía se ven falencias en las jugadoras de campo que no tuvieron la pelota en sus pies desde bebés como los del masculino, imagínense el puesto de arquera. Por dar un ejemplo, recién hace un año la mayoría de los equipos que conforman la Primera División empezaron a contar con entrenadorxs de arqueras en sus cuerpos técnicos, pero todavía falta mucho para lograr un verdadero cambio.

¿Hay arqueras?

Si seguimos en la comparación, en las divisiones inferiores del masculino se hace un relevamiento de la altura y condiciones físicas de los que van a probarse al arco y se elige al que más probabilidades de crecimiento tiene. En el femenino, todavía, va más bien la que se anima y jugó en su infancia con algún familiar que le tiraba pelotazos entre dos buzos. Y se animan pocas. Hay equipos que salen a jugar un partido sin arquera suplente, en el ascenso algunos ni siquiera tienen una y rotan a una jugadora de campo y muchas de las que hoy atajan en Primera, hasta hace muy poco no se habían parado nunca abajo de los tres palos.

Esto también se ve reflejado en la altura promedio de los arqueros, 1,90m, en relación a las mujeres que rondan el 1,70m. Si le sumamos a esto lo que decíamos al principio sobre no haber aprendido a saltar de chicas, es lógico que durante el torneo hayamos visto muchos goles en donde la pelota pasa por encima de la arquera.

Teniendo en cuenta esta situación y sabiendo que el arco mide 2,44m, ¿por qué no pensar en un arco pensado para la altura de la mujer y no el estándar? ¿Qué se hace hasta que haya una generación de jugadoras que hayan nacido pateando y atajando pelotas? Arquera claramente se hace, pero se necesitan condiciones mínimas, y hoy, todavía, no las tenemos.

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