Se cumplen dos años del primer partido semiprofesional de fútbol femenino en Argentina. ¿Qué cambió del 2019 hasta hoy? Hablamos con jugadoras que participaron de ese encuentro y que nos ayudaron a entender en qué aspectos se ve la evolución.
Un día antes del inicio de la primavera del 2019, sucedió un hecho histórico para el deporte argentino. En el estadio Juan Carmelo Zerillo, Villa San Carlos y Central dieron inicio al primer campeonato “profesional” de fútbol femenino. Más tarde, en el mismo escenario, Gimnasia ejerció la localía ante Huracán en una cancha llena de felicidad.
Si bien todavía existen varias cuestiones a mejorar, hubo muchos avances en estos dos años. Por empezar, el primer partido semiprofesional entre Villa San Carlos y Rosario Central no se televisó. Actualmente los 9 encuentros del campeonato se pueden ver por los medios públicos.
“Me acuerdo de ese momento. Un día de felicidad, arrancábamos por fin el sueño de jugar en AFA. Creo que cambiaron muchas cosas. La televisación por ejemplo, ahora nos pueden ver por diferentes plataformas“, expresa Virginia Gómez, jugadora de Central.
El segundo partido entre Gimnasia y Huracán dio sensaciones de estar más habituado a un futuro profesionalismo. Fue televisado por TNT Sports, la platea del estadio estaba prácticamente llena, alentando a las jugadoras, principalmente a las locales en un clima de mucha alegría.
El avance en cuanto a la firma de contratos también fue un crecimiento notorio. No se refleja en Villa San Carlos y Central, que se mantienen con el mínimo impuesto por AFA, 8 en su momento y 12 actualmente, pero sí en el resto de los equipos. Gimnasia y Huracán, que en 2019 no alcanzaban las 10 profesionales, ahora superan las 20 jugadoras con contrato.
Evolucionó la competencia
Una de las cuestiones más señaladas en el fútbol femenino es la disparidad en cuanto a los resultados. Cuando se enfrenta un equipo con el objetivo de competir internacionalmente ante otro que entrena en una plaza, se da la diferencia lógica el marcador. En el campeonato actual la brecha se achicó. “Los equipos se refuerzan y mejoran física y tácticamente todo el tiempo”, agrega Gómez.
Por ejemplo, partiendo de estos 4 equipos, Villa San Carlos finalizó último en la tabla del 2019. Sumó 4 puntos en 15 partidos y fue superado notablemente por la mayoría de los clubes. En este torneo, lleva 9 unidades en 4 encuentros. En cuanto a la brecha de goles, de los últimos 5 al primero hubo más de 100 tantos de diferencia en el certamen, hoy no son demasiados los resultados abultados. No hay fin de semana con más de dos encuentros que superen los 5 goles de ventaja.
“Considero que hubo grandes progresos y que la mejora es generalizada. Nosotras entrenamos solo dos veces por semana en el estadio y eso no es lo ideal, pero ahora disponemos del gimnasio 3 días por semana. Eso antes no lo teníamos”, describe Leonela Miranda, futbolista de Villa San Carlos.
Todavía hay cuestiones que pertenecen al amateurismo, pero el fútbol femenino evolucionó notablemente en estos dos años. La gran mayoría de los equipos abrieron sus estadios, se televisan los partidos, aumentaron los contratos y creció el nivel del juego. Falta, pero el camino ya empezó hace rato.